Cada vez más nuestras relaciones familiares se hacen complicadas y difícil de llevar. Sobre todo cuando hay mucho resentimiento de por medio, debido a que NO hemos aprendido a relacionarnos de manera eficiente. Algunos especialistas dicen que las relaciones en la familia pueden ser tóxicas…es decir dañinas para la salud y la vida en general. ¿Cómo saber si tengo una familia tóxica? ¿Qué implica estar en una familia tóxica?
¿La familia «hogar dulce hogar»?
La familia suele ser una fuente de seguridad, apoyo y amor en nuestra vida, cuando se tiene una vinculación saludable. Pero, también puede ser un «veneno» para nuestro equilibrio, cuando la comunicación se vuelve caótica o las relaciones son disfuncionales. En familias caóticas, priman los reclamos, las peleas, el síndrome del narcisismo, los mecanismos de defensa, entre otros. Carecen de mecanismos para dar apoyo a sus respectivos miembros, se forman alianzas insanas, lo que suele incrementar el conflicto.
También se observa que han quedado anclados en la repetición de dinámicas Transgeneracionales, que derivan de duelos abiertos o traumas. Lo que lleva a los miembros del clan familiar a relacionarse ancestralmente a través de las agresiones, el abandono y las vejaciones.
Obviamente es un entorno complejo para vivir, pero ¿Quién ha tenido una familia fácil?. Las relaciones familiares, son una fuente inagotable de aprendizaje y de experiencias, que nos hacen crecer y madurar. Porque conllevan dos pilares por un lado un punto de apoyo que otorga seguridad y por el otro lado una serie de obstáculos que superar. De nosotros depende el poder sobrellevar lo que nos muestra para nuestro desarrollo y madurez.
No siempre es tan «dulce» hogar, sobre todo cuando hemos sido criticados o rechazados. Y es importante admitirlo, porque no podemos vivir en la negación de que «todo ha estado bien». El aceptar que nuestra familia ha sido una fuente de heridas es sano, si lo admitimos sin victimizarnos. Asumiendo que cada quien ha hecho lo que mejor ha sabido hacer, y siendo consciente de que nos han afectado profundamente. Pero que al final, es nuestra familia y tenemos que unir todos los pedazos, colocando límites saludables y mejorando lo que sea mejorable.
¡Quiero sanar mis relaciones familiares!
¿Cómo saber que mi familia es tóxica?
- La comunicación es a través de gritos e insultos
- Hablamos mal el uno del otro
- Cada vez que nos reunimos es para agredirnos, discutir, criticarnos o aliarnos contra otros miembros de la familia
- Existen personas en la familia con quienes no hablo
- No soy bienvenido a las reuniones familiares
- Prefiero mantenerme alejado de mi familia para no sufrir
- Tengo mucho resentimiento para con ellos
- Cada vez que los visito me siento bajo de energía o enfermo
- No puedo vivir con ellos pero tampoco sin ellos
- Me son indiferentes
- Estoy repitiendo el mismo modelo en mis relaciones y en mi propia familia
Al dar sentido a nuestro pasado, podemos liberarnos de lo que, en caso contrario, podría ser un legado transgeneracional de dolor y vinculación insegura, y transmitir en lugar de eso, un patrimonio de amor y afecto a los hijos.
¿Cómo mejorar mis relaciones familiares?
• Cambiando mi actitud y mejorando los modelos de comunicación enfermizos: Cuando mantengo una actitud negativa hacia ellos, sintiéndome desgraciada por pertenecer a la familia que pertenezco, pierdo fuerza y todos se sienten rechazados. Pero cuando soy capaz de verlos con respeto, confiando en que cada quien está sometido a sus propios miedos, que resuenan con los míos. No podemos cambiar a los otros, ni las experiencias. Pero si podemos asumir. con respeto y con una mejor actitud cualquier experiencia. Estar dispuesto, a escuchar y comprender a los demás, colocando límites saludables.
• Realizando un árbol familiar: Acercarme a mis familiares para preguntar por la historia familiar. Descubrir juntos la historia en común con nuestros antepasados, el dolor reprimido y quizás las circunstancias duras que vivieron. Esto une profundamente a la familia. Nos ayuda a mirarles con respeto y agradecimiento.
• Estar satisfecho con nuestro lugar dentro del sistema: El estar orgullosos de ser el número de hijo que somos, de hacer sido educados por los abuelos, etc. El buscar las ventajas de nuestro lugar sin compararlo con el lugar de otros, nos llena de paz.
• El transformarnos nosotros en lugar de a ellos: Cuando estamos comprometidos con nosotros mismos, somos capaces de aceptar que el cambio sólo se tiene que producir en nosotros y no en los demás. Cuando quiero que sean ellos los que cambien. o cuando procuro hacer todo para que lo hagan, tomo la responsabilidad sobre mis hombros, lo cual despierta desconfianza y me lleva a colocarme en un lugar superior. Jamás podemos cambiar a otros, pero si podemos cambiar nuestra actitud.
En familia podemos aprender a relacionarnos desde el respeto y la armonía, cuando acepto a cada quien como es y miro cada situación y experiencia vital que se tenga en familia, como una gran oportunidad de aprendizaje, como perfecta para nuestro desarrollo interno. Saca tiempo para disfrutar en familia, toma lo mejor de ellos y cesa tus deseos internos de «cambiarles».
Si quieres ampliar este tema puedes realizar nuestro curso online «Las voces de tus ancestros» o bien si deseas aprender la técnica de acompañamiento para otras personas puedes realizar la Formación Online de Constelaciones Familiares.
Escrito por Luz Rodríguez
Contacto: [email protected]
Comentarios