Cada día en todas partes del mundo existen más protestas sociales, la dinámicas siempre es la misma…el descontento de un sector de la sociedad. Desde la mirada sistémica, cuando existe alguien excluido siempre se va a representar por medio de implicaciones, que la mayoría de las veces son dolorosas o trágicas.
Con este enfoque podemos ver que dentro de nuestra sociedad existe una gran familia, en la cual en ocasiones dejamos excluidos a un gran número de miembros de la sociedad.
No queremos ver el sufrimiento y el dolor que se esconde en un gran sector de la población, los innombrables “delincuentes, ladrones, asesinos, marginales”, que son ocasionados en la mayoría de las veces por la indiferencia o la apatía colectiva. Por la falta de atención a la unidad familiar y la paternidad responsable, ¿Cuánto de esos delincuentes no son más que victimas de la violencia, el abandonoo o el abuso?. Algunas personas hemos sufrido la muerte de algún familiar bajo el azote de la «delincuencia», pero ¿Eso acaso justifica que nos llenemos de rencor hacia el delincuente? ¿Qué se cargue contra un sector de la población? Nuestro constante deseo de “poseer más y más”, nos lleva a seguir un circulo vicioso y abrir una brecha abismal entre unos y otros.
Es necesario que cada uno tenga derecho a pertenencia, que cada quien se sienta parte, indiferentemente de colores políticos, posición económica, nacionalidad o color de piel. En estos momentos urge tomar conciencia y establecer primero la paz interna, mirar con amplitud, más allá del conflicto inmediato y observar si las medidas que estamos tomando para frenar la violencia no termine por generar más violencia.
En la mayoría de los países de cuando en cuando se sube al poder esa clase que ha permanecido “excluida”, se levanta con fuerza y arremete con el resentimiento que ha guardado durante mucho tiempo. Buscando establecer un equilibrio justo… pero claro… todo aquello que se consigue por la fuerza, con la rabia o deseos de venganza a la larga desencadena sufrimiento, porque terminan haciendo lo mismo o peor de aquello que criticaban. Porque hasta que no cambie el colectivo, que se enceguese ante el más mínimo contacto con el poder…no cambiaran tampoco los que tengan mayor acceso a él.
¿Cómo se puede hacer algo diferente con el descontento?
- Aceptar que cada quien es como es y que nada sucede al azar
- Respetar los límites personales y lo de los demás
- Sacar la rabia y descontento visitando nuestro interior (meditaciones colectivas)
- Transmitir mensajes de unión y de amor con tu ejemplo dentro de tu propia familia
- Darle un buen lugar a cada quien sin excluir
- Confiar en la Vida y en la fuerza que todo lo sostiene
- Realizar nuestro árbol familiar y cerrar todos los duelos abiertos por violencia
- Incluir en tu corazón a todos aquellos que han quedado excluidos por cometer situaciones ilegales en la familia
- Recuerda que si algunas de las partes en conflicto cede…el conflicto cesa.
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Escrito por Luz Rodríguez
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